Fue el 3 de octubre, el último de los tres actos de celebración previstos para este año de su centenario, después de Cambre y Ribeira de Piquín.
El momento más emotivo fue cando sus hijos y sucesores, Álvaro y Xosé Manuel Seivane, entregaron esta gaita tan especial al alcalde de A Pastoriza, Primitivo Iglesias, por deseo expreso del patriarca en 2010 cuando se le dedicó la “Casa de la Música Xosé Manuel Seivane.

Esta gaita fue hecha de un buxo centenario que plantó el padre de Xosé, Francisco, en su casa natal de Fomiñá. Tras la tala tuvo que secar durante más de diez años y reposar otros cinco, alternando diversas actuaciones en la madera, así hasta finalmente poder componer este instrumento. Precisamente fue su nieta, Susana Seivane, quien la hizo sonar por primera vez delante de este edificio. El alcalde Primitivo Iglesias, agradeció profundamente el regalo y recordó el orgullo que Xosé Seivane tuvo siempre de sus raíces.

Ya en el salón de actos del ayuntamiento, hubo una charla sobre él y su reciente biografía “Xosé Seivane. A gaita con maiúscula”, libro escrito por el profesor de la Universidad de A Coruña, Xosé Manuel Sánchez Rei, publicado por la Editorial Canela. En palabras de Xurxo Souto, el condutor de los tres actos del centenario, es “un monográfico absolutamente referencial”.

También hubo un recital musical en homenaje al grupo fundado por Seivane “Os Airiños da Ribeira”, con Susana Seivane, Daniel Bellón, Pedro Lamas y Carlos Freire, que interpretaron algunas de las melodías de Xosé Seivane. A continuación, Susana presentó su último disco “Dende o meu balcón”, con Saínza, Brais, Fiz e Maren Seivane.