Seivane

Historia y Literatura

Según los expertos, la gaita como elemento cultural de posible origen celta, se introdujo en Galicia posiblemente mucho antes de la era cristiana. Sea como fuere, lo cierto es que la gaita es tan remota como nuestra propia historia.

Origen y Trascendencia

La antigüedad de su origen y el ámbito geográfico que abarca, tienen como consecuencia una evolución progresiva y vigorosa de adaptación al medio y a las culturas en las que se mantiene viva.

Comenzó siendo un punteiro al que se añadió un odre de reserva de aire para conseguir un sonido continuo e independiente de la insuflación directa. El ronco aparece alrededor del siglo IX y resultó ser un gran avance al dotar a un punteiro con fol de un pedal grave y constante, que será la base de la que se derivan y evolucionan las distintas gaitas. En el caso de la gallega, emite la tónica del punteiro pero dos octavas más grave, y toma ya carta de identidad en la propia Edad Media.

Tiempo más tarde, se van añadiendo a la gaita con punteiro y ronco, dos bordones más: el chión y la ronqueta. Después de algunos titubeos sobre su situación, la sabiduría popular acabó por colocarlos donde actualmente están: unidos al lateral derecho del fol. Esta especial disposición de los tres pedales tonales, hace que el instrumento envuelva al gaiteiro con su armonía, y distingue y singulariza estéticamente a nuestra gaita con respecto a las de otras zonas geográficas y culturales. Las diferencias tímbricas y relativas a la técnica de ejecución son también importantes, incluso en relación con gaitas geográficamente próximas.

La gaita como instrumento popular pasa, a lo largo de la historia, por distintos avatares, desde estar condenada por la Iglesia, a tener presencia en todos los acontecimientos sociales y litúrgicos.

Vive un fuerte período de declive desde el reinado de los Reyes Católicos hasta el resurgimiento de la cultura gallega en el siglo XIX llegando, entonces, a emerger con tal fuerza que algunos gaiteiros casi llegaron a equipararse con funcionarios, gozando de contratos de por vida y gran prestigio profesional.

Desde 1936, con la guerra civil, hasta la década de los 70, vuelve a decaer su auge, al menos oficialmente. Se desprestigia su utilización, reduciéndola a lo estrictamente folklórico, salvo raras excepciones.

A partir de ahí, vuelve poco a poco a popularizarse y es retomada como nunca por personas reconocidas cultural y socialmente y, sobre todo, por jóvenes. En los años 90 eclosiona de tal forma que su uso y aprendizaje se hizo multitudinario. Nunca en su historia la gaita había gozado de una aceptación tan grande por todas las capas sociales.

Hoy en día es reconocida internacionalmente y, con la incorporación de su estudio en el Conservatorio, se ha equiparado a otros instrumentos clásicos.

Gaiteiros ilustres como O Rilo, Ventosela, Penalta, Feijoo, gaiteiros de Soutelo, Os Morenos, Os Campaneiros, Os Tempranos, Os Garceiras, Ricardo Portela, Moxenas, Os Cruceiros, Os Montes, Os Rosales… y constructores como Villanueva, Santalices, Carril, Paulino, Xosé Seivane o Antón Corral, entre otros muchos, contribuyeron a mantener, dignificar, construir y transmitir nuestro instrumento y todo su legado durante los años finales del siglo XIX y todo el XX.

La Evolución del Instrumento

Se observa en las gaitas antiguas conservadas en museos y colecciones particulares, que su construcción tiende a “rústica”. Esto puede deberse, seguramente, a la precariedad de las herramientas utilizadas y no a los propios artesanos que demostraron sobradamente su pericia y saber musical en su legado. En la actualidad las técnicas de construcción y maquinaria utilizada han evolucionado de tal modo que se consiguen calibrados y precisión impensables en otras épocas. Sigue siendo, sin embargo, la maestría del artesano actual la responsable de la bondad del instrumento que construye.

Si bien el diseño básico de la gaita no ha variado sustancialmente, se han ajustado los torneados a los gustos actuales, se utilizan materiales nobles como la alpaca o la plata para los anillados y se tallan, graban o incrustan finamente con nácar, plata y otros elementos naturales o sintéticos para dar un acabado realmente artístico a muchos de estos instrumentos.

Las maderas utilizadas para su construcción fueron, casi siempre, de árboles frutales (cerezo, manzano, olivo, peral…), pero las más valoradas eran las de buxo. Desde hace bastantes años se construyen, sobre todo, de maderas nobles, con lo que se crean nuevas tímbricas y se enriquece así la calidad de este instrumento tan antiguo. Las más empleadas en la actualidad por el Obradoiro de Gaitas Seivane son granadillo, buxo, palo santo y cocobolo. Otras maderas nobles también empleadas son palo rosa, ébano o mopane.

La pureza del sonido actual es fruto de la búsqueda de la perfección en la afinación, de la investigación tímbrica y del trabajo con los armónicos. Con la creación de nuevas tonalidades, se complementa una gran escala cromática y una amplia tesitura, lo que amplía las posibilidades del instrumento.

Literatura de la Gaita

Refranes y coplas

La gaita, el gaiteiro, han tenido siempre papel principal en el reparto de la literatura gallega. De hecho, ya son protagonistas en el primer libro escrito en nuestra lengua: ‘A gaita galega’ del pontevedrés Xoán Manuel Pintos, así como en la primera revista publicada íntegramente en gallego en la Habana entre 1885 y 1889, y también llamada ‘A gaita galega’. Los versos de Rosalía fueron, así mismo, morada de esas dos palabras que forman los cimientos de nuestra cultura tradicional gallega y que, deste entonces, galantean juntas en las estrofas y en las prosas de muchos otros escritores gallegos.

La literatura popular echa, del mismo modo, mano del hombre y del instrumento en multitud de cantos, romances, poemas y refranes. Gracias a nuestro amigo Xesús Ferro Ruibal, filólogo, escritor y miembro de la Real Academia Gallega, podemos contar, en esta página, con una fenomenal colección de composiciones populares que contienen estas referencias. Es deseo de Xesús que circulen y se esparzan, precisamente, entre la gente que entiende, quiere y toca la gaita: los gaiteiros.

Para pobre, ponte xastre,
para rico, zapateiro,
para puñateiro, crego,
para borracho, gaiteiro.

Bartolo ten unha gaita,
a muller ten un violo,
cando se a muller asaña,
tócalle a gaita Bartolo.

A gaita a ninguén fai mal,
se non é a quen a toca.

Si desea, puede descargar en formato PDF, la colección de refranes y coplas de Xesús Ferro Ruibal aquí:

Xesús Ferro Ruibal
Manuel Rico Verea

Pregón homenage a la gaita y el gaitero

Manuel Rico Verea nació en Boimorto, A coruña. Actualmente vive en el ayuntamiento de Bergondo y es el jefe del Gabinete de Normalización Lingüística de la Delegación Provincial de Presidencia, Administraciones Públicas y Justicia de A Coruña.

Lingüista, músico y musicólogo, ha publicado varios trabajos en las tres disciplinas. Fue fundador del grupo folk A Quenlla y, en la actualidad, produce documentos sonoros en el obradoiro de música tradicional que dirige.

Su labor más intensa en el ámbito musical se encuadra en el estudio e investigación de la etnomusicología tradicional gallega. Sobre esta materia impartió conferencias, participó en congresos de música tradicional, escribió en la prensa y realizó programas de radio en la RNE cosechando varios premios por su trabajo.

Entre el verso y la prosa, Manuel Rico glosa a la gaita y al gaitero en el pregón que nos cede amablemente para publicar en esta página, y que leyó en Ribadulla en el homenaje al gaitero Manuel Texo en el año 2006.

Si desea, puede descargar en formato PDF, el pregón homenaje a la gaita y el gaitero en Ribadulla:

Anécdotas de Gaiteros

Ricardo Portela Bouzas
Viascón, Cotobade, Pontevedra (1920-1992)

Según cuenta su biógrafo, José Luís Calle, en su libro “Ricardo Portela, dúas palabras verbo de gaita galega”, Ricardo rechazó siempre el empleo de instrumentos de baja calidad. Mantiene una postura firme en contra de los malos artesanos que denigran la imagen del instrumento. Hace años, un defensor de estos artesanos presentó, al Gaitero de Viascón, un supuesto punteiro maravilloso insinuando que el músico podría no estar a la altura del instrumento. Portela se negó en redondo a tocar aquel artilugio y añadió: “Esto es tan malo que no sirve ni para echar al fuego; hasta es posible que no arda”. Al día siguiente tocó con un buen punteiro en el mismo lugar. El sensible interlocutor se dio cuenta de la calidad del gaitero…

– “Se nota que no es la primera vez que toca usted”.
– “No señor, ya había tocado algo esta mañana”.

Portela siempre echó de menos el sonido de una gaita que había sido construida por Antón Represas y que le robaron en su juventud. En 1979 lo descubrió de nuevo en otra de Xosé Seivane, según él, uno de los mejores constructores de todos los tiempos. Con este nuevo instrumento, Portela recobra la herramienta indispensable para llevar a cabo su tarea más querida.

Varios fueron los punteiros que le construyó Seivane con el afán de poder darle todo lo que él exigía: tono, digitación “pechada”, etc. Llegó a bautizar a uno de ellos en Do brillante con el nombre de “Stradivarius” y no dudó en afirmar que Xosé Seivane fue el que preservó el timbre de las viejas gaitas y perfeccionó su afinación.

Compartieron Xosé y Ricardo una profunda amistad y reconocimiento mutuo por la calidad que cada uno imprimía a su trabajo hasta que la muerte sorprendió al genial gaiteiro antes de poder disfrutar la última gaita que había encargado a Seivane.

Susana Seivane, nieta de Xosé, compartió escenario con Ricardo en varias ocasiones de las cuales conserva muy buenos recuerdos.

En el concurso Memorial Ricardo Portela que cada año se celebra en Pontevedra, el Obradoiro de Gaitas Seivane dona una gaita como premio especial a la mejor interpretación de una pieza del repertorio de aquel hombre que nos asombró a todos con aquel “toque pechado” irrepetible.

Hermenegildo Fernández Méndez, “HERME”
A Fonsagrada, Lugo (1918-1996), afincado en Santiago de Compostela.

Herme era aquel hombre amable -aunque con carácter- y amantísimo de la gaita a pesar de haber abandonado su uso habitual durante los más de cuarenta años que pasó en la Guardia Civil. La desempolvaba y afinaba cada día del Pilar, patrona del Cuerpo, para tocar en su honor.

Una vez retirado, entró en contacto con el mundo de la gaita moderna y comenzó a elaborar palletas para surtir a las nuevas generaciones de músicos tradicionales que atestaban toda Galicia. Dejó huella en esta tarea ya que son muchos los gaiteiros que aprendieron con él a hacer palletas en los legendarios y numerosos cursos que impartió sobre esta disciplina. Herme era un hombre recto y de ideas claras. Dicen sus discípulos que gustaba de dictar, palabra por palabra, los apuntes que recogían cada una de sus instrucciones para construir una buena palleta que, según afirmaba, es el cincuenta por ciento de la gaita.

Amigo de Xosé Seivane, Herme llegó a encargar a este siete gaitas afinadas desde La bemol hasta Mi. Aunque le gustaban las tonalidades graves, disfrutaba también con sus “caprichos” agudos.

Según sus propias palabras en el libro “Doce Polainas Enteiras” (Ed. Do Cumio, 1998), los instrumentos de Seivane contribuyeron con su timbre, calidad y perfectísima afinación al alto nivel que hoy tienen los gaiteiros gallegos.

Nazario González Iglesias, “MOXENAS”
Sárdoma, Vigo, Pontevedra (1934-1995)

Fundador del mítico grupo Muxicas, este sin par gaiteiro vigués entró en contacto con Xosé Seivane debido a la rotura fortuita de un punteiro. Este instrumento afinado en Do brillante (Stradivarius, según Portela) lo había pedido prestado para una importante actuación. Después de ella y durante su limpieza, el punteiro se astilló por lo que se vio en la obligación de encargar otro para devolver a su propietario.

Moxenas habría de viajar al obradoiro que Seivane tenía, por aquel entonces, en Riveira de Piquín (Lugo) para recoger su encargo. Xosé Seivane lo esperó durante toda la tarde, pero Moxenas apareció a las dos de la madrugada, después de un largo día de viaje que lo llevó, por confusión a A Rúa de Valdeorras en la provincia de Ourense. Este ayuntamiento es vecino de Petín y ambos comparten una única estación ferroviaria Rúa-Petín que ha dado lugar a multiples confusiones, entre ellas la de Moxenas, con Ribeira de Piquín.

Aquel fue el comienzo de una gran relación de amistad con toda la familia Seivane. Para Xosé compuso “Xota para Xosé Seivane”. También Susana Seivane coincidió con él en varias ocasiones y recibió sus consejos y la composición de “Agachadiña” creada especialmente para ella por Moxenas.

También poeta, escribió sobre la gaita:

«Se me colles non me rompas
Se me tocas faino ben
Quen en mín foce, sóbrame
e quen me desafine tamén.»